La historia de la industria ferroviaria no puede contarse sin describir la interesante vida de Richard Trevithick, el inventor pionero de las primeras máquinas de vapor, que sentó las bases para la construcción de todos los futuros sistemas ferroviarios que se utilizan hoy en día.
Su ingenio y capacidad para resolver problemas por muy imposibles que parezcan nunca lo convirtieron en un hombre rico, pero sus innegables avances técnicos le permitieron formar parte de una historia que siempre quedará en la memoria.
¿Cuál fue el invento de Richard Trevithick?
Richard Trevithick nació en 1771, en los yacimientos de carbón de Carn Brea entre Camborne y Redruth en Cornualles. Rodeado de minas, y educado desde muy joven para trabajar con su padre en motores de bombas de agua, pronto formuló la visión de mejorar la eficiencia de la minería y el transporte de carbón precioso que estaba impulsando la vasta industria británica. Para hacer tal cambio, tuvo que hacer una alteración radical a los diseños originales de la máquina de vapor que fueron hechos por el famoso James Watt en la década de 1770 y adaptarla a la locomotora eléctrica que se estaba moviendo.
Estas nociones fueron rechazadas inmediatamente por sus colegas de la comunidad técnica de Cornualles, pero no se dio por vencido.
Después de encontrar el apoyo financiero de Samuel Homfray en los primeros años del siglo XIX, Trevithick finalmente tuvo el dinero para construir la máquina de sus sueños y cambiar la forma en que la industria del carbón funcionaba para siempre. Después de usar caballos para remover carros de carbón de las minas y ferrocarriles de superficie durante varios cientos de años, no era raro ver que la mayoría de los propietarios y técnicos de minas que apoyaban este tipo de transporte de carbón veían negativamente la apariencia de máquinas de vapor poco confiables, grandes, ineficientes y lentas.
Para demostrar su punto de vista, Richard Trevithick hizo una apuesta con su mayor rival, el maestro de hierro Richard Crashay. Con 500 guineas en la línea (pequeña fortuna en aquellos días), Richard tuvo que demostrar que su locomotora a vapor podía arrastrar con éxito 10 toneladas de hierro a lo largo de los 15 kilómetros de vías férreas de superficie entre las ciudades de Penydarren y Abercynon.
El día 21 de febrero de 1804, la locomotora de Richard bajo el nombre de “Penydarren” realizó con éxito su viaje en cuatro horas y cinco minutos, transportando unas 25 toneladas de hierro, equipos y 70 personas en el tren.
El secreto de su diseño de la máquina de vapor estaba en la presión. Mediante el uso de vapor altamente presurizado, fue capaz de aprovechar más energía y permitir que la locomotora fuera más productiva y eficiente.
Este diseño se convirtió más tarde en la base de todas las locomotoras de vapor que se extenderían y permitirían la expansión de la industria y la civilización europeas en todos los rincones del mundo.
Desafortunadamente, el éxito de la demostración de la locomotora de vapor no empujó a Richard Trevithick a seguir trabajando en este campo. Abandonó el trabajo en futuros diseños de trenes de vapor y centró su vida en la construcción de motores de bomba de vapor estacionarios para minas locales. Esta decisión permitió a otros inventores, como George Stephenson, liderar la innovación en la máquina de vapor.
Richard Trevithick murió como un hombre pobre en Dartford, Kent, poco más de 29 años después de su introducción del tren de vapor.